Detrás de los llamados de paz que están haciendo los grupos de crimen organizado con la llegada de Gustavo Petro al poder, hay un tejido de relaciones, fracasos y conspiraciones que se ha venido armando durante los últimos ocho años.
En ese entramado están involucrados los excomandantes de las Auc, los líderes encarcelados de “la Oficina” y el Clan del Golfo, tres organizaciones que compartieron en algún momento de su existencia la doctrina paramilitar y los negocios de narcotráfico. Junto a ellos, actúa una serie de corporaciones de DD.HH. y abogados que tramitan los acercamientos con el Estado.
Este es el informe de El Colombiano sobre esta situación, realizado con el apoyo de Revelaciones del Bajo Mundo.