Con medida de aseguramiento intramural fueron cobijados dos policías y un abogado penalista, implicados en una presunta red de espionaje para venderles información confidencial a cabecillas de la organización criminal “la Oficina”.
La investación adelantada por la DEA, la Policía colombiana y la Dirección de Fiscalías contra el Crimen Organizado recopiló información por más de seis, a través de un agente infiltrado, seguimientos, grabaciones e interceptaciones.