Uno de los personajes involucrados en los más escandalosos episodios de corrupción de los últimos años, fue arrestado por fin tras una prolongada cacería por tres continentes.
En su afán de ayudarle a John Fredy Manco Torres, alias “El Indio” o “Alberto”, cayeron en el oprobio el Director Seccional de Fiscalías de Medellín, un importante empresario paisa y hasta un juez de la República. Esta es la historia.
Este es John Fredy Manco Torres, alias "El Indio", tras su arresto en el aeropuerto de Río de Janeiro, el 31 de mayo de 2013. Cortesía Policía Nacional.
No importó que, de un día para otro, el barrio La Loma del corregimiento San Cristóbal se llenara de policías y soldados. El miedo ya estaba inoculado en la gente de este sector del occidente de Medellín.
Por eso hoy, pese a las promesas de protección de los uniformados e instituciones públicas, 40 familias salieron desplazadas de sus casas por culpa de la guerra entre los combos delincuenciales.
Desplazamiento en el barrio La Loma, corregimiento San Cristóbal. Foto de Manuel Saldarriaga.
Unos pensaban que estaba muerto y otros que se había escondido lejos de la ciudad, huyendo de las amenazas de muerte, pero “Yovanny” se movía cerca y salió a la luz pública al resultar implicado en un caso de extorsión.
El hombre es uno de los tres testigos clave, según fuentes judiciales, que condujeron a la captura del empresario Hugo Albeiro Quintero, expropietario de Bellanita de Transportes, la principal empresa de buses de servicio público en el norte del Valle de Aburrá. Esta es la historia, elaborada en equipo por El Colombiano y Revelaciones del Bajo Mundo.
Este es el momento de la captura de "Yovanny", en el corregimiento San Antonio de Prado. Cortesía.
El área de Inteligencia de la Policía Nacional ha creado un equipo especial para confrontar al crimen organizado del Valle de Aburrá.
En la iniciativa participan miembros de la Seccional de Inteligencia Policial (Sipol) con sede en Medellín, y de una comisión especial de la Dirección de Inteligencia Policial (Dipol) que han venido a la ciudad desde Bogotá.
Las autoridades ofrecen recompensa a quien suministre la información, según la calidad de la misma.
Uno de los presuntos cabecillas del combo “Niquía Camacol” o “los Camacoleros”, que delinque en el municipio de Bello, fue arrestado por las autoridades.
Se convierte así en el séptimo mando delincuencial de importancia capturado en lo que va del año, afectando a varios de los grupos de crimen organizado del Valle de Aburrá.
Alias "el Oso" es investigado por su supuesta participación en la muerte de "Vladimir", el antiguo cabecilla de "Niquía Camacol". Foto de cortesía.
La organización criminal “la Oficina” y sus combos asociados han sido señalados en múltiples oportunidades de participar en la comisión de la mayoría de los más de 7.000 asesinatos perpetrados en el Valle de Aburrá en los últimos seis años. Así lo han dicho la Alcaldía, la Policía y la Fiscalía.
Pero una cosa son los señalamientos y otra los juicios, porque a la fecha, solo dos jefes de esa banda han sido judicializados y condenados por el delito de homicidio. ¿Qué es lo que pasa? ¿Por qué la justicia ha sido incapaz de responsabilizarlos en el estrado por esas muertes? ¿Por qué estos cabecillas de primera línea no han recibido sentencias severas por derramar sangre a través de sicarios?
Cuando ocurrió la matanza de 8 personas en Envigado, el 2 de julio de 2010, la Policía indicó que la causa era la guerra entre "Valenciano" y "Sebastián". A ninguno de ellos le han abierto cargos por eso. Foto de Esteban Vanegas.
La primera investigación seria que hubo contra la organización criminal de “los Chatas” terminó con la muerte del servidor público que los perseguía.
Desde entonces, hace más de una década, esta banda parida en el municipio de Bello delinque impunemente y expande su área de influencia, sin que las autoridades logren propinarle golpes contundentes.
Aunque la Policía tiene identificados a los supuestos jefes de la banda, no existen requerimientos judiciales en su contra, por lo cual obra la presunción de inocencia. Cortesía.
Tres días de violencia irracional en un mes triste para la vida, nos recordaron que en Medellín y el Valle de Aburrá todavía nos falta luchar mucho para alcanzar la paz.
Masacre, tiroteos, asesinatos de niños, asonadas a la Policía, torturas y paros de buses nos hacen preguntar sobre el rumbo que deben tomar las medidas de seguridad en el área metropolitana.
Así finalizó la inspección judicial y exhumación de los niños enterrados en Aguasfrías. Foto de Esteban Vanegas.
“Control, de eso siempre se ha tratado ‘la Oficina’, control de los combos, las comunas, las extorsiones, del crimen en general, así era desde los tiempos de ‘Berna’, pero hoy la cosa está cambiando”.
Lo dice un oficial de la Dirección Antinarcóticos, saboreando la reciente captura (10/2/13) de Édinson Rodolfo Rojas, alias “Pichi”, uno de los presuntos líderes de la organización más peligrosa del Valle de Aburrá.
En nuestra sección EN LA MIRA, les presento este análisis titulado “La nueva cúpula de una ‘oficina’ en declive”, elaborado en equipo por El Colombiano y Revelaciones del Bajo Mundo.
Según pesquisas de la Policía y la Fiscalía, esta sería la cúpula de la quinta generación de "la Oficina". Fotos de cortesía.
Uno de los presuntos cabecillas de la organización criminal “la Oficina” firmó un preacuerdo con la Fiscalía, en el cual aceptó algunos de los delitos imputados a cambio de una rebaja en la futura sentencia.
Se trata de Felix Alberto Isaza Sánchez, alias “Beto”, “Robocop”, “Muletas” o “el del Pueblito”, quien fue capturado el pasado 24 de mayo de 2012 en una finca de Rionegro, y permanece en la cárcel El Pedregal de Medellín. Esta es la reseña del caso, elaborada por El Colombiano y Revelaciones del Bajo Mundo.
"Beto" perdió la extremidad por un atentado de la banda "La Terraza", en el marco de la guerra que finalmente perdieron contra "La Oficina". Foto de Esteban Vanegas.
El combate al crimen organizado, el crecimiento del consumo y venta de alucinógenos, la prostitución y la cultura del “prepaguismo”, la corrupción de los funcionarios, las fronteras invisibles entre los barrios, la deserción escolar por el conflicto de combos, las balaceras diarias en algunas comunas, el impenetrable tráfico ilegal de armas, el cobro de “vacunas” a diestra y siniestra, la impunidad en miles de asesinatos, la desconfianza de varios sectores de la ciudadanía, la instrumentalización de menores de edad en la delincuencia, el fleteo y decenas de factores más.
Esos son los problemas que afrontará el próximo comandante de la Policía Metropolitana del Valle de Aburrá, quien se posesionará esta semana, en reemplazo del saliente general Yesid Vásquez Prada, oficial que estuvo dos años en el cargo.
El general José Mendoza viene de ser comandante de la Policía de Bucaramanga. Foto de Manuel Saldarriaga.
“Eres un ángel, una luz que se me apareció, la mejor mujer, mi novia, hoy mismo nos vamos a casar”.
Para Alma*, estas palabras podrían ser la más bella declaración de amor, pero fueron todo lo contrario, pues brotaron de un salvaje que le estaba desgarrando la ropa y mancillando su cuerpo a punta de mordiscos, como un perro rabioso.
La universitaria de 26 años fue víctima de una violación en el barrio Boston de Medellín, perpetrada por un fanático religioso que le robó la dignidad y anda suelto en la calle, sin una orden de captura que al menos mitigue un poco el deseo de justicia de la mujer.
En nuestra sección EN LA MIRA, les presentó un reportaje especial sobre el sórdido mundo de los depravados sexuales y el abandono que padecen las víctimas.
La víctima del violador del barrio Boston continúa en proceso de recuperación. Fotos de Julio César Herrera.
Culminamos el año 2012, el quinto desde la creación de Revelaciones del Bajo Mundo, con la publicación de 352 artículos y 8.048 comentarios de ustedes.
Les deseo un 2013 cargado de éxitos, en lo familiar, laboral y personal. Los invito a seguir contribuyendo con sus opiniones y comentarios a la seguridad de Medellín, Antioquia y Colombia.
Espero seguir mejorando para ofrecerles a ustedes, los ciudadanos, información completa y verificada sobre los hechos que afectan el orden público y nuestra seguridad, para aportarles datos que les permitan tomar mejores decisiones en su cotidianidad. Felicidades y próspero Año Nuevo.
Cuando los uniformados llegaron al andén y observaron el cuerpo cubierto por las sábanas, creyeron que se trataba de uno de los cientos de habitantes de la calle que pernoctan en el centro de Medellín.
Al acercarse, sin embargo, se dieron cuenta que la escena era más macabra de lo que pensaban.
Así encontraron a la nueva víctima de la violencia en el Centro, a pocas cuadras de la Plaza Minorista. Foto de cortesía.
Detrás del hallazgo de dos adolescentes mutilados en la comuna 8 (Villahermosa) de Medellín, se esconde una triste verdad: las autoridades prometieron mantener los refuerzos de la Fuerza Pública hasta “estabilizar la situación de seguridad”, pero los ciudadanos han visto cómo paulatinamente se reducen los patrullajes del Ejército, se acabaron las rondas de la Fuerza Aérea y los policías que llegaron de otras ciudades volvieron a empacar.
En un recorrido por este sector del oriente de la ciudad, encontramos varios habitantes de los barrios Villatina, Caicedo, San Antonio y Villa Turbay que le piden a las autoridades que no reduzcan la vigilancia todavía, porque la crisis continúa.
La casa donde desmembraron a las víctimas estaba abandonada, porque el dueño fue desplazado por una banda, que al parecer se tomó el recinto como base de operaciones. Foto de Mauricio Palacio.
En la cárcel El Pedregal de Medellín permanece a la sombra Frank Jonny Salazar, alias ‘Chichón’, el presunto cabecilla de la banda ‘Los Mondongueros’ y supuesto heredero del capo ‘Valenciano’ en el mundo del narcotráfico.
Enfrenta un proceso por concierto para delinquir, aunque también lo investigan por múltiples asesinatos. Según un informe de la Dirección de la Policía, “sería responsable de más de 1.000 homicidios cometidos en las comunas del Valle de Aburrá por ‘Los Mondongueros'”.
Así presenta la Policía Nacional a alias 'Chichón' en su informe. Cortesía.
Una de las organizaciones criminales más brutales que golpeó a Medellín y Colombia en su historia reciente, fue sin duda alguna ‘La Terraza’, una confederación de bandas del Valle de Aburrá al servicio del paramilitarismo.
Sus acciones, auge y caída regresaron a la memoria colectiva la semana pasada, cuando la Fiscalía le imputó la muerte y desaparición de los miembros de su cúpula a Diego Fernando Murillo Bejarano, alias ‘Don Berna’. Con base en lo dicho por este extraditado, las indagaciones del ente acusador, las versiones de exmiembros del clan y entrevistas a investigadores judiciales, Revelaciones del Bajo Mundo reconstruye el expediente judicial de ‘La Terraza’.
Tres jefes de 'La Terraza', de izquierda a derecha: 'El Negro' Elkin, 'El Zarco' o 'San Pedro' y 'Gorra'. Cortesía de la Fiscalía.
Medellín está de fiesta por lado y lado: la Feria de las Flores llega a su fin con gran esplendor, y tres de los delincuentes más peligrosos de la ciudad fueron enviados a prisión.
Del 8 al 11 de agosto, la Fuerza Pública produjo resultados positivos contra el crimen organizado, al capturar a alias ‘Sebastián’, ‘Colas’ y ‘Yam’ o ‘La Firma’, incautar un poderoso arsenal en una finca de Girardota y decomisar una tonelada de cocaína.
Las caletas eran canecas plásticas enterradas, que contenían bolsas con las armas. Este par estaban en una pesebrera.
Tan solo en las comunas 5 y 6 del noroccidente de Medellín, es decir Castilla y el Doce de Octubre, delinquen por lo menos 45 bandas delincuenciales.
Desde el pasado diciembre no se atacaban entre sí, en el primer semestre del 2012 ocurrieron 44 homicidios, una gran reducción comparando con los 120 del 2011. Pese a que no había tantas muertes, la paz era lejana, las autoridades no lograron golpear con contundencia a la criminalidad, los combos seguían ahí, y esa bomba de tiempo estalló en pleno partido de fútbol.
Esta es la cancha donde se presentó el crimen. Todas las víctimas fueron llevadas a hospitales, donde cinco murieron. Foto de Róbinson Sáenz.
En el cementerio Campos de Paz sepultaron a uno de los jueces penales más reconocidos del municipio de Envigado, quien fue víctima de la rapiña de varios delincuentes que pretendían robarle su dinero.
La plata también es al parecer el motivante principal de una matanza en Medellín, donde un hombre armado provocó un altercado con un prestamista y su familia. Dos historias ocurridas el mismo día, donde las ansias por el vil metal superaron al valor de la vida.
En este automóvil fueron atacados el juez y su hijo. Foto de Rodrigo Martínez.